El Consejo Lusitano es una entidad sin ánimo de lucro, de ca­rácter cívico, y que promueve la creación y el fortalecimiento de lazos entre tres territorios históricos (Alentejo, Beira Interior y Extremadura) que confor­man un proyecto común de desarrollo ciudadano; que configuran un estado mental.

El Consejo Lusitano basa su ideario en con­ceptos como interculturalidad, identidad, paisaje I universo, analogía I tecnología, raíz I futuro o tolerancia / solidaridad, y preten­de abarcar las diversas áreas del conoci­miento humano, desde la filosofía hasta las artes escénicas, desde la ciencia hasta las iniciativas empresariales.

Los nombres del C. Lusitano.
Presidido por el profesor Florencio Luen­go, participan del espíritu del Consejo Lusi­tano protagonistas del ámbito empresarial como José Abellán, Francisca Mena, Ri­chard Kucab, Isidro Fernández y María Zarza, del mundo de la música como Da­vid Gallardo, Manuel Cobos, Pilar Diez, Inmaculada Herranz, Olga Martín y Rades, de la docencia como Lui­sa Téllez, Luis Ramón Bello, Nuria Pozo, Juan Barriga y Emiliano Zarza, del campo de las artes escénicas como Juan Antonio Reguero, Elena Expliego, Elena Lucas, Marisa Macías y Beatriz Márquez, del mundo del deporte como Juan María Po­zo Gudi, de las artes plásticas como los hermanos Manuel y Ramón Castuera o Pedro A. Fernández, y del sector de la sa­nidad como Carmen Cruz, Ángeles Villar y María Plasencia.



Integrados en su estructura orgánica, el Consejo Lusitano mantiene en pie unidades de acción con personalidad propia y defi­nida, como el proyecto musical Montenegro (protagonizado por las exquisitas voces de Olga Martín e Inmaculada Herranz), la compañía Teatro de la Calle Oscura, o el taller de arte e ideas realizador de presentaciones multimedia para el ámbito docente.


La presidencia honorífica del Consejo Lusi­tano la ostenta —por decisión de todos sus miembros— el profesor, investigador y poeta Juan Rosco.

La sede
El Consejo Lusitano tiene la sede social en Cáceres (en la C/. Gran Bretaña, N° 29), pe­ro su ámbito geográfico está abierto a responsalías tanto en los tres territorios histó­ricos lusitanos como en el exterior, permi­tiendo, de esta forma, acercar y dar a co­nocer sus iniciativas a un gran número de lugares: [Bart Estévez (Atlanta), Isabel Martín (Roma), Carmina Estévez (Atenas), José María Fernández (Valencia), José Sánchez Berrouet (Santander), Carmen Cruz (Sevi­lla), Emiliano Zarza (Madrid), María Zar­za (Salamanca)].

Los proyectos
Entre los proyectos en que en estos mo­mentos está embarcado el Consejo Lusitano se encuentran los ya mencionados Los amores de Shakespeare y Montenegro, así co­mo La Mirada Rebelde, una propuesta pro­tagonizada por Juan Rosco y que tras el objetivo final del fomento de la lectura pretende un acercamiento, al tiempo, al arte, una mezcla, en fin, de poesía y obje­tos.
Por otro lado algunos de los miembros del Consejo Lusitano están inmersos en trabajos de investigación sobre aspectos tan diver­sos como la historia del soneto, las músi­cas urbanas o los festivales extremeños.

El viaje / El espíritu de Évora
Una de las señas identitarias del Consejo Lusitano es el viaje. El viaje visto como una experiencia de vida, una fuente de conoci­miento, un antídoto contra la intolerancia. Una percepción que se acerca a la que ins­piraron nombres como García Plata de Osma, Rosso de Luna, Rodríguez Moñino o Tirso Lozano hace ya más de un siglo y que hicieron del viaje un puente a la cul­tura.

En su corta existencia el Consejo Lusitano ha estado presente, de esta forma, en Ávi­la (con motivo de la exposición Celtas y Vettones), el teatro romano de Regina, Jerez de los Caballeros, Santa Lucía del Trampal (epicentro espiritual del Consejo Lusitano), la mina de La Jayona, la Garganta de los Molinos en la Sierra de Montánchez o la visita constituyente a Évora.

Las alianzas estratégicas
Empujados por los mismos objetivos y si­milares formas de pensamiento, y en un intento de unificar procesos de difusión y abaratar costes de producción, el Consejo Lusitano tiene establecidas alianzas estra­tégicas con otras entidades como el Colec­tivo AI Margen (premio Culturas 2002), la Asociación Prociencia o la compa­ñía La Corredera Teatro con quien participa del montaje en proceso de ensayos sobre la obra de Anthony Shaffer La Huella.
Una política abierta a nuevas experiencias y nuevas propuestas que puedan llegar, y que sin duda serán bien recibidas por el Consejo Lusitano, y que harán que éste lle­gue a convertirse en lo que desde su crea­ción ha perseguido: una casa de ideas.